La lluvia hermosa y apabullante cae sin clemencia, las gotas se estrellas y resbalan en las ventanas, el sol no existe, el paisaje es gris, más bien un gris-azulado melancólico y silencioso, es hermoso.
La música me sirve de perfecto fondo para animarme a escribir. la vida transcurre en remolinos, unos tras otros, mientras aquí llueve en otro lugar el sol quema la tierra, alguien ríe en la calle, otros lloran, no estoy descubriendo nada nuevo,quiero pensar que todos sabemos que justo en este momento alguien esta naciendo...pero también alguien está muriendo. Cada momento es único e irrepetible, pero no por eso todos los momentos son memorables, hay algunos que sería mejor olvidar y que nunca hubieran ocurrido. ¿Existe el azar? ¿o será que mi teoría basada en las ocurrencias compartidas entre Dios y el Diablo, manejan los momentos y destinos de todos nosotros? ( en otro momento hablaré sobre los detalles de esa teoría).
El mundo es jodidamente cruel, todos somos crueles con los demás y con nosotros mismos. Es la naturaleza del universo, pero en esa misma naturaleza cruel y despiadada se encuentran la belleza, el arte, los detalles magníficos disfrazados de momentos (estos sí) memorables e inolvidables. Mis ojos son benditos por poder mirar la belleza única de los tuyos. Los remolinos de muerte y vida nunca dejarán de acontecer, pasan todo el tiempo, el futuro en un minuto ya es pasado. Y pienso que quisiera convertirme en uno solo contigo. aunque sea por un minuto eterno, que dure lo que la muerte le da permiso a la vida de ser, con eso sería suficiente para justificar esta existencia, este pequeño parpadeo que es nuestra vida, si la comparamos con la de los Dioses...
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