Me parece que esa promesa la debes olvidar. Aquella que siempre tuviste la esperanza de ver cumplida. Ni hablar, no es tu culpa, y si lo pienso mejor tampoco es la mía. Únicamente me has conocido en una época muy extraña de mi vida. ¿ Has notado como la gente teme mirarse a los ojos?¿Qué esconden? En nuestros tiempos, sostenerle la mirada a alguien es sinónimo de agresión, nunca de comunicación, de eso tampoco tenemos culpa alguna. Haz lo que quieras, pero por favor no es momento de llorar, sabes bien que ante eso no tengo armas, ni argumentos y que siempre termino asintiendo, o mintiendo, y tarde o temprano la cosa se tuerce y volvemos al principio, esto no viene bien, pero quizá después podamos arreglarlo. No hay nada imposible. Saldré un rato, daré una vuelta, probaré mi teoría de las miradas agresivas y si regreso vivo espero no encontrarte acá. No lo tomes a mal, no termines odiándome, nos veremos después, ¿cuando?, no lo sabemos, me voy, pero antes de irme , prometeme que cuando nos volvamos a encontrar y quiera reconocerme en tu mirada, no sentirás temor...ni mirarás a otro lado.
las mejores promesas son esas que no hay que cumplir...
ResponderEliminarcanta mi Sabina,y eso de los ojos,yo no miro a los ojos,no por temor,o si,mejor dicho si por temor a que lean en mis ojos cosas que mi boca jamas dirá y eso a veces es mas crucial,mas decisivo que ningun otro acto humano...
otro que tmb me latio.. aunque tmb tiene un par de lugarcitos comuneros...