Mañanas normales.

 Un par de historias, nunca publicadas ( hasta ahora)

Antes de salir de casa rumbo al trabajo se despide  con un beso de su mujer y su pequeña hija, es una mañana cualquiera, un día normal. La calle está extrañamente sola. Apresura el paso, un hombre pasa a su lado,lo mira de reojo, sigue caminando, alguien viene de frente, se acerca demasiado, sin darse cuenta el hombre que había pasado junto a el momentos antes ya está detrás de él sujetándolo por los hombros,siente una pistola en el pecho, se escucha un estallido, todo se oscurece, no vuelve a amanecer,nadie ve nada, la mañana transcurre con normalidad.

Apenas sabe andar con sus sucios pies entre la multitud de gente que mira para todas partes menos donde está ella. Todos tienen prisa, (hay que llegar a tiempo), autómatas modernos, alguno le da una moneda,muchos la miran con pena, otros con desprecio. A sus  tres años recién cumplidos ya sabe que el infierno está en la tierra, y que hay quién nace con la estrella torcida. El dia apenas comienza, ella no sabe de eso, ni siquiera sabe hablar, pero ya sabe pedir dinero, se pierde entre la gente, la multitud la engulle, una mañana normal.

Ansias de noche.

Camina de un lado a otro por toda la casa, exhala ansiedad, las cuatro paredes la asfixian en una sensación de encierro indescriptible que parece la va a matar.

Mira  por la ventana, observa y busca algo....o a alguien, se muerde las uñas, las manos sudan, ha llegado la noche del viernes, y para este tiempo los nervios son imposibles de calmar.

Mil veces ha pensado en dejar de hacerlo, está convencida que lo que hace "no esta bien", se avergüenza de no poder contenerse cada vez que llega la noche y siempre caer en la tentación.

La ventana no es lo suficientemente grande para ver todo lo que quiere ni para aventarse si así lo decidiera. De poco ha servido empaparse en la regadera, de nada  sirve beber hasta la inconsciencia; en su mente, en su cuerpo viven historias que harían sonrojar al más templado de los "ansiosos nocturnos"

Tuvo que abandonar su hogar por culpa de esas ansias de noche, prefiere vivirlas en soledad, porque sólo así puede encontrarle un sentido a su vida, en ese placer infernal que le quema las entrañas, la cabeza y el alma. La noche se hace adulta,cada vez hay menos gente en la calle,pero no desiste,espera, observa y retiene en su cabeza un contoneo, algún movimiento cadencioso,una mirada. En este cuarto, en este mundo no hay lugar para el amor.

Sabe bien que cualquier vicio necesita tiempo, entrega, cuerpo y la necesidad incontrolable de vivir por y para satisfacerlo. Es un asunto demandante pasar casi todas las noches en vela y dejar  todo de lado, pero ha llegado a tal grado que lo acepta sin resistencia, es la vida que ha elegido, escondida, apartada del mundo, sin más motivación que sus imágenes mentales...

La noche está por terminar y el sol comienza a asomarse. Ella sigue bailando en soledad, en una danza perfecta fundiendo su cuerpo y sus deseos debajo de las sábanas, no le importa que la vida está allá afuera, prefiere pensar en caricias, en palabras al oído, en gritos, en llanto, en el placer que sólo su vicio perfecto le puede brindar, quisiera prolongar para siempre ese momento perfecto en que explota entrelazando las piernas, apretándolas hasta el infinito...mordiéndose los labios.

Almas...

Andan queriendo encontrarse, se pierden, van y vienen, su tiempo es eterno, no tienen prisa, la memória no les alcanza para recordar cuando emprendieron ese viaje sin descanso. Cada una lleva la marca de su história y por eso van en rumbos diferentes. Se transforman, cambian de color según el día y la dirección del viento, gozan de la libertad que en su tiempo terrenal muchas veces les fué prohibída.

Algunas, antes de volar para no volver se dejan ver a través de los ojos de quien les presta su cuerpo. La muerte las redime. En tierra se alimentan de esfuerzos, de risas, de llantos, de amores, de odios.

Ellas incuban la semilla de la vida, nos empeñamos en saber dónde se encuentran, desconociendo que están en todas partes, y tambien dentro de cada uno de nosotros.

Dicen que pesan 23 gramos, es lo de menos, ellas son las fuerza bendita que hace girar al mundo...las almas son así.