Me gustas como para tenernos mientras escuchamos "little Wing" de Jimmy hendrix, eso me evocas, no te conozco, y creo que ni siquiera eres tan linda como desde donde te veo pareces, quien sabe, ni siquiera se tu nombre, ni que haces aquí, quizá sea ese modo de peinarte el cabello, quizá sea mi irremediable tendencia a repetir historias con finales absurdos y desgastantes o mi adicción a la sensación de "comenzar algo" con alguien. Imagino distintas maneras para hablar contigo, la verdad es que no soy bueno para eso. Han pasado muchas cosas desde la última vez que quise hablar con una mujer por primera vez y sigo teniendo las mismas reacciones púberes; hay cosas que no cambian. Estas ahí sin saber que existo, (por ahora) y quizá sea mejor así, porque nos ahorrariamos nervios, palabras entrecortadas, cartas larguísimas, llamadas secretas, mensajes luminosos, risas incotrolables y lágrimas de oro. Pocas veces he escuchado a mi consciencia, y justo mientras te veo me esta hablando al oído diciendome: No, esta vez no lo hagas. Me gustan los problemas y creo que no tienes la culpa de eso, no se que historias (si es que las tienes) hayas vivído, eso me importa poco. De tanto mirarte he llegado a la conclusión de querer mostrarte los cielos e infiernos del mundo, de mi mundo, y que aunque sea un viaje destinado al naufragio valdría la pena emprenderlo, pero esta vez no puedo ser tan cruel. Será mejor controlar mis comportamientos inexplicables y hacerle un favor a mi karma desvaforecido.Creo que debería borrar estas palabras para que nadie (y menos tú) las pueda leer.
Debería...
las cartas que no se envían generalmente estan plagadas de tanta nostalgia y dolor,(o sentimiento,como prefieras llamarlo) que de alguna manera terminan siendo solo catarticas,en ocasiones hasta de la carcel te salvan...
ResponderEliminarsin duda el deseo contenido en esta precisamente es de un grado tan alto que se mantiene asi,solo como una epístola con destinatario pero sin llegar a él... (mejor dicho a ella)